POR MARA REYES• PILOTO INTERNACIONAL Y MULTICAMPEONA NACIONAL

MI PADRE, EX-PILOTO, CAMPEÓN DE VARIAS CATEGORÍAS EN MÉXICO, INVOLUCRADO EN LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ DESDE JOVEN Y AMANTE DEL AUTOMOVILISMO. HEREDÉ DE ÉL, EL AMOR A ESTE DEPORTE. CREO QUE TODO COMIENZA DESDE AHÍ, DESDE LA GENÉTICA, DESDE EL CORAZÓN…

Amo las carreras desde que tengo uso de razón. Mi primer juguete fue un “vochito” que mi padre me compró desde el momento que supo que venía en camino, sin saber aún que era una niña. Crecí escuchando todo sobre autos, modelos, llantas, gasolina, que ya desde entonces corre en mi sangre. Aprendí a manejar desde pequeña, descubrí el automovilismo cuando mi familia se empezó a involucrar en éste deporte cuando tenía 10 años de edad.

Admiraba a mi padre como piloto y a mi madre apoyándolo como siempre en todas sus locuras, unidos y trabajando en equipo, mi madre apasionada del cronometraje y siempre dándonos sus consejos sabios. Tan sólo de escuchar un motor encenderse, toda la adrenalina empezaba a correr por mi sangre. Fue cuando descubrí que éste deporte era lo mío y creo que la complicidad que siempre tuve con mi padre hizo que también él se diera cuenta de ello.

Comencé mi carrera como piloto a los 14 años de edad, de manera sorpresiva, pues mi padre me ofreció subirme a los Volkswagen Tubular y sin pensarlo dos veces, dije que sí. Ni siquiera tenía un nomex a mi medida, utilicé uno de él y su casco y ¡vámonos! Ajusté mi asiento, el volante, los espejos y a entrenar en el Moisés Solana (Pachuquilla) previo a una carrera de la Copa Marlboro. Era una categoría muy grande, más de 35 coches en pista, cantidad de pilotos ya con mucho colmillo y, para sorpresa de bastantes, quedé en décimo lugar. Así fue como comenzó mi historia…

Terminé quinto del campeonato a final del año, Novato del Año y fui ganándome la confianza de mis padres y equipo para seguir subiendo de categorías en los años siguientes. Lo que más admiro y agradezco, es la confianza y apoyo que siempre recibí de mis padres, posteriormente de mi esposo e hija. Sin ellos, jamás podría haber logrado mis metas.

Desafortunadamente, este deporte requiere de una gran infraestructura y mucho dinero detrás para poder formar una carrera. Tuve muchos altibajos en el sentido que muchas veces me encontré con la desconfianza de patrocinadores y no obtuve mucho apoyo en ciertas etapas de mi carrera, puesto que no confían plenamente en las facultades de las mujeres en este deporte. Tuve que tocar muchas puertas para poder lograr lo que logré durante el tiempo que estuve corriendo. Gracias al apoyo de varios de ellos, logramos muchos triunfos y varios campeonatos y subcampeonatos. Sin ellos, la historia no estaría escrita.

Llegué al más alto nivel del automovilismo nacional, gracias al apoyo de equipos importantes, sobre todo en Tractocamiones, Mustang y NASCAR, que fue la última categoría que corrí. Gracias a Escudería Telmex tuve la oportunidad de correr en la NASCAR Busch (ahora Nationwide) y realizar uno de mis sueños, aunque no se pudo concretar quedarme en la categoría.

La experiencia en Estados Unidos, fue única, pues si aquí en mi país me ha costado mucho que crean en mí, allá fue mucho peor. La primera vez que llegamos a un entrenamiento privado de NASCAR West, mi ex-compañero y amigo Carlos Pardo (QEPD) y yo, fue luchar contra corriente pues los ingenieros no creían en nosotros y mucho menos en mí. Les comentábamos los detalles que tenía el auto y casi se burlaban de nosotros. No fue hasta que Jimmy Morales les llamó la atención, diciéndoles que éramos unos profesionales y que hicieran caso a lo que pedíamos. A regañadientes empezaron a hacer ajustes, pero aun así, se notaba cierta desconfianza hacia nosotros. Llegó la desesperación en Jimmy y los retó a que subieran al piloto que ellos eligieran y bajara nuestros tiempos, y así fue, llegó el piloto que corría para ellos y para su sorpresa, no pudo mejorarlos. Fue así como el equipo creyó en nosotros. Días después, nos presentamos a una carrera en California. La actitud del equipo era otra, confiando plenamente en mí y ajustando el coche como les pedía. Sólo había 28 lugares disponibles para arrancar y éramos más de 40 pilotos buscando calificar. Un circuito muy exigente y pilotos muy competitivos. Logré calificar y fui la única mexicana de seis pilotos que fueron a este evento que ganó un lugar en la parrilla. Mi equipo era completamente otro, logré ganarme su respeto y mejoramos bastante. Así como esta historia, hay muchísimas más, tendría que escribir un libro para contar tantas y tantas anécdotas.

Muchos se preguntan por qué estoy retirada. Aclaro que hasta el día de hoy, no me he retirado, simplemente no he encontrado apoyo de patrocinadores y equipos en todo este tiempo, a pesar de los resultados. Llega un punto donde luchas tanto y no se abren las puertas que de pronto decides no insistir, te decepcionas y no entiendes por qué tantos años de esfuerzo y dedicación no te respaldan para seguir adelante. Te preguntas: ¿por qué a pesar de los resultados, todos te dan la espalda? Decidí no forzar más las cosas y hacer una pausa en mi vida como piloto y disfrutar más a mi familia, trabajo, la vida misma. Nunca he quitado el dedo del renglón, pues sigo entrenando y preparándome para cualquier oportunidad que se presente y creo que hoy me siento mejor que nunca…

Bien dicen que lo que bien se aprende jamás se olvida y sólo espero que mi historia no se quede ahí, en una pausa. Espero que se presente alguna oportunidad para regresar a lo que más me gusta, volver a sentir esa adrenalina que me acompañó desde la infancia al rugir de los motores; el automovilismo forma parte de mi vida, de mi crianza y sin él, no soy Mara.