Si tuviéramos que identificar a los grandes triunfos y fracasos de 2014 en la F1, NUESTRO EDITOR no tiene que
 buscar mucho. Mejor motor: Mercedes, con Renault al otro extremo pues pasó de un tetracampeonato a un “tetocampeonato” en desempeño; Equipos: Williams sube de puntos míseros a estar peleando el segundo sitio mientras Lotus pasa de
ser ganador en la campaña pasada a perder el ritmo y dar pena en cada carrera mientras buscan excusas para justificar su actuación; Pilotos: Sebastian Vettel es tetracampeón y lo va barriendo su coequipero, mientras Lewis Hamilton mostró que tiene entre sus dotes el poder predecir el futuro y amenaza con volverse bicampeón. Pero el análisis tiene que ser un poco más profundo, so pena de condenar circunstancialmente y no con evidencia, y a eso es a lo que nos enfocamos, como siempre.

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Hay fallas horribles como la del sonido de los autos que parecen máquinas de coser, y eso es siendo indulgentes con ellos, o las trompas de los autos 2014 que son de espanto. Pero también hay aciertos como permitir que los pilotos cubran sus penalizaciones en las detenciones en los fosos para evitar una parada adicional que además tenía que ser casi inmediata al aviso de la penalización y arruinaba muchas carreras sin ameritarlo la gravedad de la ofensa. Unas por otras.

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Y también habría que contemplar a los que supieron leer el futuro, como Williams al dejar Renault para irse con Mercedes y el director de equipo Eric Boullier al dejar Lotus para irse a McLaren, o incluso Lewis Hamilton hace un par de campañas al abandonar McLaren por Mercedes; pero a la vez hubo otros que no tuvieron visión, como Pastor Maldonado que saltó de Williams a Lotus o Adrian Sutil, que se fue de Force India para caer en Sauber. Como decía don Pedro Villalón: “Mucho se pierde por no ser adivino”.