23 de noviembre de 2012, el secreto peor guardado de la Fórmula Uno se devela: habrá otro piloto mexicano en la máxima categoría del automovilismo, el sexto de la historia y el primero de Monterrey, comenta Carlos Jalife

Llevábamos meses hablando de la inevitable llegada de Esteban Gutiérrez a la Fórmula Uno, pero las fechas se pasaban –que si en su debut de la primera práctica en India, que mejor en la prueba de pilotos jóvenes en Abu Dabi o frente a sus paisanos en el GP de EU en Austin– y el anuncio no llegaba. Había muchos rumores en el paddock y se hablaba de tensión entre Sauber y sus patrocinadores por el anuncio, pero en el paddock de Austin, Carlos Slim Domit fue claro: “Ya está hecho, pero los equipos tienen sus tiempos para hacer los anuncios”.

Monisha Kaltenborn, la directora de la escuadra Suiza, agregó: “Anunciaremos a nuestros pilotos antes del final de temporada”, y se supo que la demora era porque negociaban con el holandés Robin Frijns, campeón de la World Series by Renault, clase 3.5 litros, para volverse su piloto reserva en el sitio que dejaba el propio Esteban.

Sauber no quería cabos sueltos y fue hasta el primer día de prácticas en el circuito de Interlagos, Brasil, que se hizo el anuncio formal acerca de Esteben y Robin, dos días antes del final de temporada.

Esteban es el sexto piloto mexicano en F1, aunque paradójicamente llegó antes que el quinto –Sergio– ya que Sauber lo firmó como probador bastante antes de contratar al tapatío para el segundo asiento de la campaña 2011 en el ya lejano octubre de 2010. Está con Sauber por mérito propio, toma el asiento dejado vacante por su compatriota y, a la vez, apuntala el proyecto de regresar al Gran Premio de México que se espera para 2014 o quizás antes, si se flexibiliza el calendario.

El debut del regiomontano se hará en Australia en 2013, a la par del debut de Sergio en McLaren, y la atención de México estará puesta en las calles de Albert Park, Melbourne, viendo a dos de sus mejores deportistas iniciar una nueva etapa en sus carreras.


El de Nuevo León inició su carrera bajo la tutela del piloto internacional David Martínez (Champ Car, Indy Lights, ALMS, WSR, etc.) y su padre, el multicampeón nacional Gerardo ‘Plátano’ Martínez.

Ellos pulieron al diamante en bruto y aunque al inicio no toda la familia estaba de acuerdo con la idea de un piloto profesional, pronto se lanzaron a apoyar el proyecto cuando se dieron cuenta que Esteban era realmente un talento excepcional como volante.

Los resultados no se hicieron esperar, victorias, títulos, elogios en la prensa, pero Esteban siguió siendo el mismo adolescente tímido y modesto, bromista cuando entraba en confianza, y sobre todo, muy analítico, observador de lo que le rodeaba y rápido para entender lo que necesitaba cambiar para adaptarse a las exigencias cada vez mayores de su desarrollo profesional como piloto.

Los ingenieros hablaban bien de su talento y en las pistas se veía su ritmo, su estrategia y su inteligencia para plantear una carrera, además de su audacia para rebasar, lo cual le dio algunos trofeos especiales.

La evolución de Esteban ante el ojo público, ha sido muy evidente y su llegada a la F1 no es sorpresa, lo que asombra es que no se haya anunciado antes. Pero Esteban siempre ha sido de cuidar sus tiempos, de no brincarse un escalón pues sabe que todo lo aprendido en fórmulas preliminares es lo que le sirve como base para su desempeño en la reina de las categorías, la F1.

Hay un detalle poco conocido que lo pinta en ese aspecto. Cuando Sauber pensaba en dejar ir a Pedro de la Rosa –trajeron a Nick Heidfeld al final de 2010– Esteban ya era campeón de GP3 y se hizo la propuesta para que corriera en el GP de Hungría, a los 18 años de edad –lo cual lo hubiera convertido en el piloto más joven de la historia en F1– pero el primero en oponerse fue el propio Esteban, pues fuera de los récords consideró no estar listo para brincarse un escalón ya planificado en su carrera.

Virtualmente todos los pilotos jóvenes hubieran aceptado la propuesta, pero no el regiomontano, lo cual habla de una madurez poco común para alguien con los medios para poder acortar el camino rumbo a la cima. No hay que llegar primero, sino hay que saber llegar, dice el dicho.


Esteban es un piloto excepcional, pero todo lo hecho hasta el momento se olvida. En la Fórmula Uno eres tan bueno como tu última carrera y nadie se acuerda si ganaste en F3 o GP2, la categoría es egocéntrica y nada importa fuera de ella.

El reto de correr con Sauber en 2013 es el más importante que enfrenta en su corta vida, pero ha llegado al momento definitivo donde sólo él determina hasta dónde llegará. Nosotros apostamos que será muy lejos.