Esteban Gutiérrez pasa de GP2 a Fórmula Uno y se convierte en el sexto piloto mexicano en llegar a la máxima categoría, es la predicción de Cajal para 2013

Se dice fácil, pero quedar tercero en una serie como GP2 es muy difícil. Eso es precisamente lo que logró Esteban Gutiérrez, el orgullo de Monterrey, quien se convertirá en el primer regiomontano en correr en la Fórmula Uno en 2013, después de cuatro capitalinos (los hermanos Pedro y Ricardo Rodríguez, Moisés Solana y Héctor Alonso Rebaque) y un tapatío (Sergio Pérez).

La campaña 2012 fue muy disputada, con pilotos mucho muy expertos, que siguen en el espejismo de conseguir llegar a El Dorado, con lo cual tendrán la fama y riqueza necesaria para subir a la F1. Están el campeón Davide Valsecchi –italiano quien fuera probado por Honda F1 y tiene cuatro campañas en GP2– y el subcampeón Luiz Razia –brasileño con cinco campañas en GP2– además de los ganadores de carreras como el holandés Giedo van der Garde (cinco campañas), el inglés Max Chilton (tres), el suizo Fabio Leimer (cuatro), el venezolano Johnny A.

Ceccoto (tres) y otros. De hecho todos ellos corrieron contra Sergio Pérez, y Esteban en su segunda campaña en GP2, nunca lo hizo. Por ello el resultado, un podio absoluto al final de una larga temporada, es más que meritorio y le ha dado el pase al las grandes ligas, la Fórmula Uno.

Esteban nos regaló una temporada con tres triunfos y siete podios en 24 carreras, aunque también tuvo varios incidentes, destacando el de Silverstone al final de la Carrera 2 con Johnny Cecotto cuando peleaban el podio, probablemente el único en el que ha perdido completamente –la parte de afuera de la pista estaba mojada y su Dallara acuaplaneó de regreso al pavimento– el control del auto.

Hizo grandes arrancadas y también tuvo contactos, pero nunca dejó de intentar los rebases. Mejoró mucho en la administración de las llantas, dejando de lado el ímpetu que en Bahrein le costó no tener llantas para resistir al final, y lo hizo sin perder la agresividad natural de gran piloto que tiene.

Esteban va a subir con Sauber F1, porque es el mejor piloto de su campaña, por mucho. De hecho la lista de los que han tenido que irse por otro lado ante el “efecto Esteban” es innumerable, incluyendo a Jules Bianchi, su coequipero de 2011, quien tuvo una victoria (igual que el mexicano) pese a ser piloto de la Academia de Ferrari y líder en el equipo aurinegro Lotus-ART. Explico, el “efecto Esteban” es el que hace cambiar de serie a pilotos que corrieron contra él y prefirieron no volver a enfrentarlo.

¿Necesita pulirse? Cierto, como todos los pilotos que arriban a la Fórmula Uno, Shumacher y Senna (Michael y Ayrton) necesitaron 17 carreras para poder ganar y tenían autos considerados de punta cuando lo hicieron. Hasta un súper piloto como Pedro Rodríguez ganó en su novena carrera de F1 y Pedro tenía muchas más carreras que las de Esteban.

Su coequipero será uno de estos tres: Nico Hulkenberg, talentoso alemán que ya ganó en A1GP, F3 y GP2, y obtuvo una PP con Williams en Brasil 2010. Kamui Kobayashi, japonés talentoso con podios en la F1, pero sin patrocinios; o Jaime Alguersuari, el más joven de la historia en debutar en F1, aunque sin tanto palmarés como los anteriores, pero con mejor cartera de patrocinadores.

Entonces es hora de dejar el dorado de los autos de Lotus-ART y dar en el blanco con Sauber. Eso es lo que pronto se anunciará, ante el desconsuelo de la prensa inglesa rabiosamente chovinista que exige asientos para Max Chilton, Sam Bird y otros pilotos que no han probado ser ganadores consistentes en todas las etapas de su carrera, caso contrario al del regiomontano. Pero claro, el anglocentrismo de la prensa británica es peor que el italocentrismo de la italiana, misma que no pide a gritos un asiento para Valsecchi aunque haya sido campeón de GP2 y tenga más merecimientos que los mencionados Bird y Chilton.

Bienvenido Esteban, has llegado al lugar al que siempre pensamos que perteneces: Fórmula Uno.