Por: Miguel Hernández
El circuito de la Sarthe, en Le Mans, Francia, fue testigo de la edición número 81 de la carrera de resistencia activa más antigua en el mundo automotor, considerada la más demandante, lo cual le da su prestigio y la ha convertido en un mítico encuentro.

La carrera apenas iniciaba, los vehículos iban en su tercera vuelta, a tan solo diez minutos de competencia, cuando la tragedia apareció sobre la pista, el piloto danés Allan Simonsen, del equipo Aston Martin Racing, quien hacía su séptima aparición en la justa, perdió el control de su Aston Martin Vantage V8 y se impactó con la barrera de protección, accidente que le provocó lesiones que le costaron la vida en el hospital. No se había presentado un accidente trágico en Le Mans desde 1977, año en el que Sebastian Enjolras dejara la vida en una sesión previa a la calificación.

En la crónica de la carrera, el Audi Sport Team Joest, con sus tres vehículos R18 E-Tron Quattro, presagiaba la repetición de las rondas de práctica y calificación, pues dominaban la competencia durante las primeras dos horas, fue entonces, cuando de manera casi simultánea, los problemas cayeron de golpe sobre los autos #1 y #3.

Para el auto #1 significó quedar sin posibilidad de defender su victoria del año anterior, pues una falla mecánica grave le cobró una larga estadía en pits y, contra todo pronóstico, regresó a la competencia con una desventaja de 12 vueltas; el vehículo tripulado por Lotterer, Fâssler y Tréluyer tuvo lo suficiente para quedar en la quinta posición. Al auto #3 le costó dos entradas a pits consecutivas, para poder dejar al vehículo listo para seguir con el reto.

El primer lugar, por cuarto año consecutivo, fue para Audi, quienes alcanzan su victoria número 12 en los últimos 14 años de la demandante prueba, con su auto #2, del Audi Sport Team Joest, en el que su piloto Tom Kristensen, conocido como Mr. Le Mans, obtiene su novena victoria; Allan McNish consigue su tercer triunfo y Loic Duval disfruta de su primera conquista.

El segundo lugar fue para el equipo Toyota Racing y su vehículo TS 030 – Hybrid #8, con los pilotos Davidson, Sarrazin y Buemi, llegando una vuelta detrás del líder y consiguiendo la mejor posición para la marca desde su regresó a la prueba el año pasado.

El Toyota #7 dio batalla hasta el final y en el afán de subir al podio, el vehículo conducido en ese momento por Nicolas Lapierre se fue contra el muro de contención en una pista mojada; aún así, el vehículo regresó a la pista no solo para terminar la competencia, sino para ocupar la cuarta posición.

El tercer lugar fue para el Audi #3 con los pilotos Gené, Di Grassi y Jarvis, quienes se sobrepusieron a una ponchadura del neumático trasero derecho y la posterior pérdida del mismo, la unidad tuvo que regresar a pits sin esa llanta, lo que fue un largo recorrido tomando en cuenta las dimensiones del circuito.

En la categoría LMP2, el día fue histórico para el automovilismo nacional, pues el mexicano Ricardo Gonzalez, del equipo Oak Racing, en su vehículo Morgan-Nissan, obtuvo la victoria al lado de sus compañeros Bertrand Baguette y Martin Plowman, 45 años después de que Pedro rodríguez ganara en Le Mans en 1968.

El Porshe AG Team Manthey, con su Porshe 911 RSR, fue el ganador de la categoría GTE Pro, con su auto #92, tripulado por Marc Lieb, Richard Lietz y Romain Dumas y en la categoría GTE Am, el ganador fue el equipo IMSA Performance Matmut, con su vehículo #76, también con un Porshe 911 GT3 RSR, conducido por Raymond Narac, Christophe Bourret y Jean-Carl Vernay.

La competencia, a decir de todos los involucrados, fue más difícil que en ediciones pasadas, pues hubo condiciones climáticas muy cambiantes durante las 24 horas de carrera, donde los equipos no atinaban a suministrar los neumáticos que pudiesen marcar diferencia en una pista por momentos seca, por momentos mojada y, en ocasiones, con condiciones mixtas.

De los 56 autos que iniciaron la competencia 42 vehículos terminaron la justa, hubo 13 retiros y uno quedó sin clasificación, pues no completó las vueltas suficientes para considerarlo.

Le Mans una vez más hizo historia, pues para mucha gente Le Mans no es solo una carrera, es toda una aventura, necesaria para quien quieren sobrepasar los límites de la naturaleza humana.