El psicólogo Don Macpherson explica por qué el mensaje de radio le costó a Sergio Pérez la victoria en Malasia.

Los budistas chinos llaman ‘Mente Mono’ a la voz interior en tu cabeza porque evoca un mono inquieto balanceándose sin objetivo de árbol en árbol, comentando lo que haces y cómo deberías hacerlo. El mono es muy bueno en lógica, analizando, juzgando, criticando, pero es pésimo corriendo F1. Por eso, los pilotos deben manejar con su subconsciente, el hemisferio derecho del cerebro. El mono vive en el izquierdo (consciente) para palabras, números y lo técnico.

En Malasia, Pérez manejaba con su hemisferio derecho –instintiva y automáticamente– cuando se acercaba a Alonso. Estaba concentrado en darle alcance; estaba en la ‘zona’. Eso fue hasta que otra voz, una de Sauber, entró a su cabeza por el radio y le pidió que tuviera cuidado, sugiriendo protegiera el segundo lugar en vez de ir por el triunfo. De pronto, el mono despertó. Ahora, Pérez estaba pensando al manejar, y entró al mundo de los “¿qué pasaría si?” El mono se había apoderado del volante y en cuestión de minutos se había salido de la pista. El triunfo se había ido.

Seguramente, si a Pérez se le hubiera permitido seguir haciendo lo que había hecho tan bien, tendría ya su primer triunfo en un GP. Él insistió en que el mensaje no lo distrajo, pero admitió: “Yo estaba pensando donde podría ahorrar algo de KERS… toqué el bordo, me fui ancho y ahí se acabó”. La lección: no hablar al piloto al calor de la batalla, a menos que sea absolutamente vital. ¡No alimenten al mono!.