FOTO: Richard Prince/Cadillac

Ricardo Juncos y su grupo de trabajo cumplieron con su primera participación en pruebas de resistencia en Estados Unidos.

La historia del argentino sigue marcando hitos. Después de dejar Buenos Aires en 1997 para ganarse la vida como mecánico de karts en Florida, el trabajo arduo le permitió abrir su equipo propio; para 2009, incursionó con su organización, Juncos Racing, a las categorías de desarrollo de monoplazas, sumando múltiples campeonatos en la Pro Mazda y, desde su expansión en 2015, la Indy Lights.

Desde 2017, Juncos dio el salto a las categorías estelares, debutando en la IndyCar y, desde el fin de semana pasado, en el IMSA SCC, completando las «24 Horas de Daytona», un proyecto que se desarrolló desde septiembre y en el que tuvo mucho respaldo de los directivos de la categoría y de Cadillac.

«Una carrera de 24 horas es masiva, es demandante, es todo lo que te puedas imaginar, y sobrevivimos», expresó. «Hasta que tienes la oportunidad de ser parte de esta carrera en esta pista increíble, no entiendes de qué se trata y cuánto se necesita».

«No fue un evento fácil por ningún motivo para el equipo que estaba haciendo su debut en las carreras de autos deportivos, después de lanzarse a la pista con su Cadillac DPi-V.R por primera vez el mes pasado».

Juncos superó sus expectativas propias desde las pruebas de inicio de mes, en la que afrontó a los equipos ya establecidos en la categoría y el poderío de marcas, como Mazda y Acura, que en el papel tenían ventaja en velocidad y desempeño, y demostró velocidad a una sola vuelta.

Sin embargo, el «bautizo de fuego» para los equipos nuevos se presentó tan pronto como arrancaron los motores, cuando un problema en el acelerador de su prototipo les impidió a tomar la salida desde la séptima posición, aunque no perdieron tiempo para recuperar terreno.

Para las siguientes 24 horas, Agustín Canapino, una de las estrellas del momento en Argentina, junto con Kyle Kaiser, Will Owen (quienes se desarrollaron en el Camino a Indy con Juncos) y Rene Binder enfrentaron circunstancias que les quitaron la oportunidad de conseguir un resultado sobresaliente, principalmente fallas de potencia y otras de carácter mecánico.

Pese a todo, nunca hubo rendición entre el cuarteto, por lo que se repusieron para completar 555 vueltas y terminar en octava posición dentro de su clase, que a su vez fue la 30º entre los 47 coches que participaron.

Con el objetivo cumplido, que fue completar el evento, y la satisfacción a pleno, Juncos alabó el trabajo de su conjunto de mecánicos, que sin experiencia en prototipos iniciaron sus pruebas en pista apenas en diciembre, pero demostraron un alto nivel de profesionalismo, así como su plantilla de pilotos.

«Ellos no cometieron errores absolutamente, lo cual fue increíble porque esta fue la primera vez, para tres de los cuatro, que estuvieron en Daytona y compitieron en IMSA», destacó.