POR CARLOS JALIFE • @Scuderiargz

Si leyeron el DLF de noviembre 2014 (FASTmag #34 Mon Ami Jules), recordarán que yo le había prometido para Austin un libro de mi biografía de los hermanos Rodríguez a Jules, para que supiera un poco más de su tío abuelo Lucien, quien ganara con Pedro Rodríguez las 24 Horas de Le Mans de 1968. Pero vino Suzuka y todo quedó en suspenso. Sin embargo, yo tenía planes de ir a Mónaco este año y Jules estaba internado en un hospital de Niza, por lo que empecé a indagar discretamente con la familia si podría verlo, pero nadie fuera del entorno médico y familiar lo ha hecho, pues no era propio.

Su abuelo, Mauro Bianchi, hermano de Lucien y piloto grande de Alpine y otras marcas en turismos, además de miembro de la Scuderia Rodríguez en su sección internacional, aceptó recibirme en su casa cerca de Niza, y me fui acompañado de algunos amigos y colaboradores. Nos alcanzó el corresponsal europeo, Chris van de Wiele y lo vimos antes del GP monegasco para cumplir con la promesa del libro.

Yo le entregué la biografía dedicada a Mauro y comenté, “para cuando despierte Jules”, tratando de ser optimista, pero la cara de Mauro no presagiaba algo bueno y me dijo: “Jules es un cuerpo intacto de un joven de 25 años, pero no funciona su cabeza. Tenemos esperanza de que se recupere, pero igual sabemos que puede morir mañana. Ya ha pasado mucho tiempo…” y evadimos el tema porque no había necesidad de decir más.

Ahora Jules ya descansa en donde otros pilotos han llegado antes del tiempo natural, pero al tiempo que marca la profesión elegida, como su tío-abuelo Lucien, como los hermanos Pedro y Ricardo, y tantos otros. Yo he cumplido la promesa, y ahora hagamos votos por que los pozos estén bien tapados para que no haya más incidentes fatales futuros.

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