POR: CARLOS  JALIFE • @ Scuderiargz

A veces uno se cansa de lo poco ingeniosos que son los dirigentes para echarle la culpa a otros y permanecer –en su mente– inmaculados; asemejan a los políticos, y no, no hablo de la batalla de CONADE contra el COM, esto es acerca de la Fórmula Uno.

La F1, por medio de su zar Bernie Ecclestone, tiene años en que busca que los grandes fabricantes ingresen a la categoría, pero cuando lo hacen, especialmente como proveedores de motores y no como equipo completo, siempre les va en feria. Si ganan, siempre el crédito es del equipo (léase ganó McLaren o Williams o X), pero si pierden el culpable es el motor, como vimos muy recientemente en los casos de Honda (con McLaren cuyo chasis es bastante malo) y con Renault (con RB, cuyo chasis es bueno si Newey se digna a pulirlo). Y eso que, aunque supuestamente caros, tanto los galos, como los nipones, como los germanos de Mercedes gastan un centenar de millones de dólares al año en producir los motores y lo que pagan los equipos no es suficiente para recuperar la inversión en dinero. Pero cómo lloran los constructores y asignan culpas a los proveedores, sin cuyo apoyo –seamos claros– no podrían competir.

Luego vienen las ideas de poner motores más baratos y recuerdo cómo trataron a la gente de Cosworth y del proyecto PURE cuando intentaron eso mismo hace unos años: con las patas. Les pusieron trabas, los acusaron de ser tecnología de segunda y les dijeron que no eran aptos para la F1, sin pensar que el objetivo era uno distinto, tener un motor independiente que permitiera el acceso de más equipos a la categoría.

Es obvio que no todos van a poder ganar, pero lo importante es competir dignamente, como Minardi, como Toro Rosso (su heredero, ya sé), como Sauber y otros, no tanto buscar un motor y achacarle las deficiencias del auto. Los costos de la F1 no son cantidades menores, nunca. Los fabricantes pueden entrar por motivos tecno o mercadológicos, pero si sus clientes les van a recitar que son una porquería cada vez que pierden, la asociación no va a durar, es obvio. Y si Bernie les tira diciendo que no suenan bonito y cuestan mucho –eso es labor nuestra, de los periodistas–, pues mucho menos entrarán Audi, BMW, y los demás que se rumoran. Y si a los, digamos “genéricos”, los quieren atraer y les van a decir que son de tecnología inferior –eso es obvio, los motores de cinco millones no son iguales a los de 100, ni lo serán– se pierde de vista el objetivo. Nunca fue la meta ganar con motores que puedan comprarse en el super.

Hay situaciones de ganar-ganar, pero en la F1 les encanta volverlas de perder-perder y siguen apretando el cuello de la gallina de los huevos de oro. A ver si no se les rompe un día de estos cuando Mercedes se canse de ganar.