1986

Gran Premio de Australia Mansell vs Prost vs Piquet

“Tal vez nunca ha habido un enfrentamiento por el campeonato mundial tan dramático como éste”, concluyó Nigel Roebuck. Y sigue siendo para muchos el más importante. Adelaide, Nigel Mansell y los neumáticos reventados se han vuelto parte del folclor. En 1986, Williams-Honda dominaba y la Mansellmania igual. En la ronda final sólo necesitaba el tercer lugar, y sólo si su coequipero Nelson Piquet, o Alain Prost, de McLaren, ganaban. La posibilidad débil de Prost se mantuvo principalmente por su brillantez de conducción. Mansell tomó la PP, pero en la carrera parecía conforme de quedarse atrás. Primero Piquet lideró, luego el asombroso Keke Rosberg lo pasó y se alejó en su McLaren velozmente, en su carrera final, siendo casi la única vez ese año que manejó a su gusto.

“Los tenía paralizados”, dijo Roebuck. Ésta fue una noticia buena para su compañero Prost, incluso más cuando subió al segundo puesto, ayudado por un trompo de Piquet, y justo antes de la mitad, el francés entró a los fosos para reemplazar un neumático pinchado. Desde entonces era un Prost atípico; corriendo cuarto, aunque se acercó rápidamente hacia la dupla de Williams.

A 3/4 de distancia, los protagonistas iban en formación –“¿quién escribió el guión?”– , preguntó Roebuck incrédulo. Pero en cuestión de minutos todo cambió; otra vez todo debido a los neumáticos. El neumático trasero derecho del Rosberg se movía sin control y Keke se detuvo, pensando que el ruido venía del motor. Esto dejó a Mansell de líder, pero vino la famosa desintegración de su neumático y la lluvia de chispas. Su carrera y campeonato estaban terminados.

Irónicamente, fue cuando revisaron el conjunto desechado de Prost que había convencido a Goodyear de que la carrera sin detención era posible. Williams, asustado, mandó a Piquet a los fosos por caucho nuevo, dejando a Prost a la cabeza que necesitaba. No parecía que Piquet lo alcanzaría, pero si el indicador de combustible hubiera estado correcto, se le habría acabado antes del final. Pero esa vez estaba mal. Prost cruzó la línea primero, con incredulidad. Posiblemente fue la última vez que el título fue ganado en un auto que no era el mejor.

2010

Gran Premio de Abu Dabi, Alonso vs Webber vs Vettel

Un final como ningún otro. Tenía un récord de cuatro pilotos en disputa del título. Inusualmente, ninguno de sus dos principales protagonistas triunfó. Se encajonaron en una esquina; el campeón eventual saltó de un tercio distante. Mientras que, a la inversa, lo absurdo de la era quedó demostrado. Al llegar a Abu Dabi, Fernando Alonso de Ferrari se separaba de Mark Webber de Red Bull por ocho puntos. Ese año Red Bull había sido más rápido, pero perdió muchos puntos y con una repuntada al final Alonso lo adelantó. Las posibilidades del coequipero de Webber, Sebastian Vettel, estaba 15 puntos atrás, parecían puramente matemáticas.

En las prácticas, las cosas mejoraron para Alonso, tercero atrás de Hamilton. Vettel, quien obtuvo la PP, parecía intocable, pero Webber era quinto. A Alonso quedar cuarto le hubiera sido suficiente. Un coche de seguridad de la vuelta uno inició las complicaciones. El neumático medio podría correr interminablemente, entonces muchos de medio pelotón aprovecharon para hacer su parada solitaria, incluyendo el Mercedes de Nico Rosberg y el Renault de Vitaly Petrov.

Webber se fue a los fosos en la vuelta 11. Ferrari, asustado por la velocidad de Webber y reconociendo que los súpersuaves estaban a punto de ‘caerse’ mandó a Alonso a los fosos en la vuelta 15 y lo mantuvo por delante de Webber, pero quedó atrás de Rosberg y Petrov, y necesitaba pasar a ambos para ser campeón, pues Vettel lideraba. Pero esta versión de F1 no lo permitió. Alonso sólo pudo pisarle los talones a Petrov durante las 40 vueltas restantes, sin rebasarlo ni tener la posibilidad de hacerlo. Terminó séptimo, un sitio delante de Webber. Vettel se mantuvo al margen de la batalla táctica, lideró y ganó, convirtiéndose en el campeón más joven de F1.

–Cuando crucé la línea– dijo Vettel, –no sabía si era suficiente o no–.

La emoción no sólo vino de Vettel. Como siempre, hubo recriminación de Ferrari. “No tuvimos en cuenta la dificultad de pasar los autos en pista”, dijo el director del equipo Stefano Domenicali con sangre fría. Además, fue un parteaguas. Ésta fue la primera vez que Vettel lideró el campeonato mundial, y fue la temporada que anunció sus cuatro títulos seguidos. El tercer título de Alonso sigue sin llegar.

1981

Gran Premio de Las Vegas, Reutemann vs Piquet vs Laffite

Posiblemente el final más insólito, y si no, la acción en carrera más emocionante. Fue un año extraño, que comenzó con la idea de que no habría F1 como la conocíamos. Una vez que la temporada se puso en marcha, los coches en su mayoría corrieron en violación flagrante de las reglas. Luego, en su enfrentamiento por el título de tres pilotos, los tres cayeron por la línea. Y el ganador del campeonato lo hizo casi a pesar de sí mismo. El enigmático Carlos Reutemann de Williams comenzó la temporada magníficamente, pero vaciló desde mediados del verano. Nelson Piquet de Brabham hizo exactamente lo contrario. Reutemann fue un punto por delante para el decisor; el tímido sexto, Jacques Laffite de Ligier era un intruso. Pero el lugar nuevo para el final, muy cerca del estacionamiento del Caesars Palace en Las Vegas, cambió el juego. El calor los debilitaba, y tenía un diseño de torsión zurda. La resistencia sería muy importante. “Creo que Carlos va a ser campeón del mundo”, dijo Gilles Villeneuve, “porque es mucho más fuerte que Piquet”. La PP fácil de conseguir de Reutemann cimentó lo aparentemente inevitable. Piquet fue cuarto, Laffite 12º. Pero la carrera de Reutemann fue inexplicable. Se desvaneció de una manera que nunca fue completamente comprendida. Fue cuarto en la primera curva y séptimo después de tres vueltas. No mucho después, Piquet No mucho después, Piquet lo pasó con poca resistencia. El argentino terminó, derrotado, en octavo.

Reutemann después habló de mal manejo, neumáticos mal adaptados, problemas con la caja de cambios… Pero no explicó su falta de lucha. Él era, de hecho, uno de los que más se sabía que abandonaba las cosas cuando no iban perfectas. Laffite condujo tenazmente al segundo sitio, pero sus llantas se degradaron, lo que dejó a Piquet necesitando solamente el sexto lugar para el título. Sin embargo, el carioca estaba, como explicaba Jeff Hutchinson, “en sus últimas reservas de fuerza”. Se desvaneció a quinto y con otra vuelta pudo haber perdido todo. Pero, conduciendo por instinto, cruzó la meta con dos segundos de sobra. Mientras todo esto pasaba, el compañero de equipo de Reutemann, Alan Jones, desapareció en la distancia para ganar, en lo que fue su última carrera antes de retirarse de la F1 por primera vez.

1997

Gran Premio de Europa, Schumacher vs Villeneuve

“Si hubiera sido en una película, la audiencia habría gemido ante lo cursi que estuvo todo”, reflexionó Andrew Benson, “pero todo 1997 ha sido un poco como eso”. Fue una temporada aparte. Adam Cooper la llamó “indiscutiblemente el campeonato más peleado y más abierto en muchos años”. Y la pelea por el título fue Jacques Villeneuve en el Williams contra Michael Schumacher en el Ferrari. Sin embargo, incluso eso era extraño, estaban juntos en la pista pero nunca compartieron un podio.

La batalla del título tenía fluctuaciones extraordinarias. Villeneuve aparentemente lo tenía asegurado, pero en la penúltima ronda de Japón, Schumacher ganó y Villeneuve fue descalificado. Llegaron al final –en el incongruente Jerez– con Schumacher un punto adelante. El año llegó a su crescendo en la fase de clasificación cuando Schumacher, Villeneuve y su coequipero Heinz Harald Frentzen marcaron exactamente el mismo tiempo, clasificados con los Williams emparedando al Ferrari. Ambos contendientes finalmente se enfrentaron cara a cara desde la primera fila.

Schumacher saltó a Villeneuve desde el inicio y rápidamente se adelantó cuatro segundos. Frentzen corrió mucho antes de su primera parada y detuvo al canadiense. Pero muy pronto, el rezagado Norberto Fontana, de Sauber (que usaba motores Ferrari) le hizo lo mismo a Villeneuve y la brecha regresó a tres segundos.

Ambos hicieron sus paradas finales, salieron en el mismo orden, y la mayoría pensó que así quedaría. Pero no. Villeneuve estuvo pronto sobre el Ferrari, y le ganó el interior en la horquilla Dry Sack, y en las palabras de Nigel Roebuck “lo pasó limpio”. O lo hubiera hecho, si Schumacher no hubiera corrido a un lado de él. Pero, como dijo Roebuck, “le salió el tiro por la culata”, quedando varado en la grava. Villeneuve fue afectado pero siguió y con ser sexto quedaba campeón. Fue tercero. “Sí, fue un gran riesgo”, dijo Villeneuve. “Sabía que Michael era capaz de sacarme, pero no tenía sentido sólo ser segundo lugar. Era mejor intentarlo. Ahora me siento maravilloso”.

2016

Gran Premio de Abu Dabi Rosberg vs Hamilton

Nada debe descartarse en una final por el título. Sin embargo, éste tiene la faceta única de que uno de sus protagonistas trató de prevalecer conduciendo despacio. Ese año fue un paseo para Mercedes, Nico Rosberg lideró la mayor parte de la temporada. También le ayudaron las fallas técnicas y días malos de su coequipero Lewis Hamilton.

Con cuatro rondas faltantes, Hamilton necesitaba una jugada segura. Ganó las primeras tres, pero Rosberg hizo todo lo que necesitaba siguiéndolo a casa. En Abu Dhabi para la última ronda, la tarea de Rosberg fue aún más simple: tercer lugar era suficiente. Hamilton estaba en otro nivel y obtuvo la PP. Pero el segundo lugar de Rosberg fue cómodo, a un segundo de distancia de Daniel Ricciardo de Red Bull en tercero. Tenía lo que necesitaba. Sin embargo, en la carrera el juego de Hamilton se aclaró: como líder, estaba “deteniendo” a Rosberg, a un ritmo de un segundo por vuelta, con la esperanza de que otros pudieran aventajarlo.

La F1 se convirtió una procesión. Una serpiente se formó detrás del Mercedes. No era emocionante, pero era un momento tenso. Y mucho. Las llamadas de radio a Hamilton aumentaron; eventualmente el jefe técnico, Paddy Lowe, pidió que Lewis acelerara. Hamilton era inflexible. Pero nadie le hizo el favor. Los Red Bull estaban cerca pero, con neumáticos más viejos, no podían atacar.

Entonces el resurgente de Ferrari, Sebastian Vettel atacó tarde en llantas nuevas y persiguió a Rosberg en las últimas cuatro vueltas. Pero Rosberg lo bloqueaba. Terminó segundo, más de lo necesario para la corona. Las acciones de Hamilton, como siempre, dividieron la opinión, pero dadas las circunstancias, como Ben Anderson explicó, “nadie puede culpar a Hamilton por hacer lo que hizo”. En última instancia, permitió que el nuevo campeón brillara también. “Rosberg mostró la resistencia de un campeón a aferrarse a todo lo que estaba en juego”, concluyó Anderson. De hecho, incluso se lanzó en un rebase agresivo de Max Verstappen que su equipo calificó “crítico” para su título. Lanzó algo aún más sorprendente unos días después. Habiendo alcanzado el pico de la montaña, Rosberg sorprendió a todos al retirarse de la F1.