….el auto que presentó la característica única de diseño más radical

Los diseñadores grandes viven su momento más brillante cuando enfrentan un problema aparentemente irresoluble. Para el talentoso diseñador sudafricano, Gordon Murray, el problema que no desaparecería pronto era el motor Alfa Romeo de 12 cilindros, incómodo y sediento.

Los diseños del joven Murray ya habían captado la atención de Bernie Ecclestone, dueño de Brabham,
 pero el concepto de 1978 era algo completamente distinto. Ferrari había ganado campeonatos con motores bóxer de 12 cilindros, pero el Alfa que Brabham usaba no estaba en 
la misma liga, y a fines de los 70s la llegada del efecto suelo aerodinámico puso a esos motores en desventaja; pues las cabezas de los cilindros bloqueaban el flujo del aire que los diseñadores querían canalizar por
los costados del auto para crear carga aerodinámica. El BT46 fue la respuesta innovadora de Murray.

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Murray pensó que si no podía usar los pontones para lograr un efecto suelo tendría que minimizarlos y compensar la falta relativa de carga aerodinámica con un auto de ultra bajo arrastre. Esto significaba eliminar los radiadores –que normalmente ocupan gran parte de cada pontón– y reemplazarlos con un sistema complejo de intercambiadores de calor montados sobre la superficie.

Todo iba bien en teoría, pero no funcionó. Una mañana de invierno en Donington Park, el BT46 se sobrecalentó inmediatamente. Las pruebas revelaron que la expansión y contracción de los intercambiadores cuando la temperatura subía y bajaba provocaba que el chasis se torciera. Murray rediseñó rápidamente el BT46 con radiadores en la trompa, pero se negó a admitir la derrota. Estaba decidido a dar con su efecto suelo, por lo que en vez de usar el flujo de aire de los pontones para crear presión baja debajo del auto, decidió usar un ventilador enorme para succionar el aire.

El BT46B probó ser invencible… sus rivales estaban furiosos y presionaron para que fuera prohibido argumentando que el ventilador era un dispositivo aerodinámico móvil

Esa descripción simplifica en demasía lo que en realidad fue una pieza de ingeniería muy sofisticada. El Chaparral 2J Can-Am había intentado el mismo truco con un par de motores de trineo de nieve para propulsar sus ventiladores y fue prohibido rápidamente. Murray diseñó el ventilador para ser propulsado por el propio motor del auto, igualando su velocidad con las revoluciones del motor y sellando la bahía del motor con bordes de hule.

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La única carrera del BT46B fue en el GP sueco de 1978, donde probó ser invencible en manos de Niki Lauda. Los rivales de Brabham estaban furiosos y presionaron para que el auto fuera prohibido, argumentando que el ventilador era 
un dispositivo aerodinámico móvil. En respuesta, Murray destacó que el ventilador era necesario para el enfriamiento del auto y por lo tanto era legal.

Ecclestone decidió no correr el “auto ventilador” nuevamente, teniendo en mente el juego político a largo plazo.