Por Claudia Ocampo | @ClauOhField

A pesar de que el concepto de machismo obedece a distintas concepciones en regiones diversas del mundo, se define como una conducta de los hombres que denigran a la mujer por su género; a veces violentando sus derechos humanos, aunque otras de manera sutil y pasa inadvertida. Pero las conductas machistas no son exclusivas de los hombres y la mujer juega un papel importante como madre que educa a sus hijos, hermana que convive con sus hermanos, o hija que imita a sus padres. Así, una mujer puede ser cómplice, sin querer o saber, de conductas inapropiadas de los hombres en su vida.

El ámbito laboral no está exento del machismo, pero con el tiempo se ha ido acotando, y como sociedad hemos ido desde el voto femenino hasta tener mujeres ejecutivas en la cima laboral pública y privada. Uno de los ámbitos profesionales que el dominio masculino impera –en forma hasta lógica, pues desde niños se no condiciona a creer que los autos y el gusto por ellos es masculino– es el automovilismo. Las mujeres actuales no solo han demostrado lo equivocado de esa idea sino lo mucho que pueden aportar al deporte motor. La escocesa Susie Wolff es una prueba de ello, pues rodó en el circuito de Silverstone para Williams durante algunas vueltas en la Práctica 1 del GP británico, veintidós años desde que la última pilota estuvo en F1 (1992, la italiana Giovanna Amati, quien falló tres veces en su intento por calificar).

La controversia vino por un comentario del piloto mexicano de Force India, Sergio Pérez, cuestionado por una reportera sobre Susie. Las frases que pronunció Sergio, y que los medios han resaltado, fueron “No esperamos grandes cosas de ella”, y “Que una mujer te gane, ya es el colmo. Mejor que se vaya a la cocina”. El revuelo causado por sus palabras en redes sociales fue grande, pero más tarde Pérez aclaró que sus comentarios no se hicieron con intención de ofender.

Debido a su popularidad, las redes sociales se han convertido en el lugar ideal para crucificar y linchar a las personas por lo que declaran, escriben o comparten. Una persona puede convertirse en neo-nazi, homofóbico o ignorante en pocos segundos, especialmente si es famosa, cuando la realidad es más complicada que eso. El contexto, la forma y la intención de la persona sometida a escrutinio, influye en el efecto que tienen sus palabras. México es un país donde las bromas relacionadas con el papel de ama de casa que adoptan muchas mujeres son comunes e incluso las mismas féminas fomentan su popularidad. Por ello, no extraña que ‘Checo’ se haya sentido con la suficiente confianza de bromear en un deporte que rara vez ha visto a una mujer entre sus filas, y si nosotros no somos pilotos, ni estamos empapados en este ambiente, estamos fuera de contexto.

La respuesta de la mujer ante un comportamiento machista, tiene dos vertientes: Wolf pudo sentirse aludida y ofendida, o saber que fue un evento desafortunado fuera del contexto correcto. Susie fue inteligente y demostró que, como los machos, aguanta vara: pidió dejar en paz a Sergio y aclaró que conduce mejor de lo que cocina.

Sin duda, esto nos deja una lección: entender el ambiente en el que se desenvuelve no es cuestión de género, sino de profesionalismo.