Foto: Archivo Scuderia Rodríguez

México sólo ha ganado una joya de la Triple Corona del automovilismo deportivo y esa fue la edición de 1968 de las 24 Horas de Le Mans. CARLOS JALIFE, biógrafo de los hermanos Rodríguez, recuerda el día de gloria

Las 24 Horas de Le Mans es la carrera de resistencia más importante del mundo y es considerada una de las tres joyas de la Triple Corona del deporte motor junto con la Indy 500 y el GP de Mónaco de F1. Su primera edición se dio en 1923 y tradicionalmente se corre en el tercer fin de semana de junio, el más largo del año, a fin de aprovechar al máximo la luz diurna. Tiene la particularidad de ser para autos Sport, prototipos y Gran Turismo (GT) –biplazas de carrocería cubriendo las llantas– con prestaciones muy diversas en cuanto a motores, pilotos y velocidades, convirtiéndola en una carrera muy peligrosa y demandante; por algo es la reina de resistencia. Se compite en clases divididas por la cilindrada del motor y tipo de auto, pero siempre el ganador absoluto es el que da más vueltas en las 24 horas pactadas.

Los primeros pilotos mexicanos en correr en Le Mans fueron los hermanos Pedro (en 1958) y Ricardo (en 1959) Rodríguez de la Vega. Tras la muerte de Ricardo en 1962, Pedro siguió compitiendo y para 1968 celebraría 11 participaciones consecutivas, habiendo ganado en su clase en 1965 con el italiano Nino Vaccarella.

Foto: Archivo Scuderia Rodriguez

En 1968 la carrera se corrió por única vez en el mes de septiembre debido a las huelgas industriales y estudiantiles de verano en Francia que hicieron imposible el uso de las carreteras galas, y fue la fecha final del Campeonato Mundial de Marcas, equivalente al Mundial de Resistencia (WEC) actual.

Pedro tenía pensado correr un Ferrari viejo del North American Racing Team de Luigi Chinetti, pero fue llamado como reemplazo en el equipo John Wyer Automotive Engineering (JWAE) tras el accidente de Jacky Ickx, quien se rompió un brazo en el GP canadiense. El mexicano hizo pareja en el Ford GT40, chasis 1075 marcado con el #9, con el belga Lucien Bianchi, que había debutado en 1956 y tenía 12 arrancadas en Le Mans, incluyendo dos victorias en clase.

Su Ford era de la clase Sport de hasta 5.0 litros de cilindrada (también llamada Grupo 4, pues tenían prestaciones similares a los mejores autos del Grupo 6 o prototipos). Pedro lo calificó en el cuarto sitio, con un crono de 3m39.8s para la vuelta al circuito de 13,469 metros enclavado en la región francesa de La Sarthe. En total 54 autos –12 de ellos de la clase Sport– tomaron la salida en la edición XXXVI de la carrera francesa.

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